TRABAJO DE PARTO PREMATURO

Descripción general

El trabajo de parto prematuro ocurre cuando las contracciones regulares causan que el cuello uterino se abra después de la semana 20 y antes de la semana 37 de embarazo.

El trabajo de parto prematuro puede provocar el parto prematuro. Cuanto más prematuro es el parto, mayores son los riesgos de salud que corre tu bebé. Muchos bebés prematuros (recién nacidos prematuros) necesitan atención especial en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. Los recién nacidos prematuros también pueden tener discapacidades mentales y físicas a largo plazo.

La causa del trabajo de parto prematuro a menudo no es evidente. Ciertos factores podría aumentar el riesgo, pero el trabajo de parto prematuro también puede ocurrir en los casos de mujeres embarazadas que no presentan factores de riesgo conocidos. Conoce los signos y síntomas del trabajo de parto prematuro y los pasos que se deben seguir.

Síntomas

Los signos y síntomas del parto prematuro comprenden los siguientes:

  • Sensaciones regulares o frecuentes de endurecimiento del abdomen (contracciones)
  • Dolor sordo, leve y constante en la espalda
  • Sensación de presión en la pelvis o en la región inferior del abdomen
  • Cólicos leves
  • Manchado o sangrado vaginal leve
  • Rotura prematura de las membranas: pérdida continua de líquido, en forma de chorro o goteo, después de que se rompa o se desgarre la membrana alrededor del bebé
  • Cambio en el tipo de flujo vaginal (acuoso, con aspecto de mucosidad o sanguinolento)

Factores de riesgo

El trabajo de parto prematuro puede afectar cualquier embarazo. No obstante, se vincularon muchos factores a un mayor riesgo de parto prematuro, entre ellos, los siguientes:

  • Parto prematuro o nacimiento prematuro anterior, en especial, en el embarazo más reciente o en más de un embarazo anterior
  • Embarazo de mellizos, trillizos o más
  • Problemas en el útero, el cuello uterino o la placenta
  • Tabaquismo o consumo de drogas ilegales
  • Ciertas infecciones, especialmente del líquido amniótico y de aparato genital inferior
  • Algunas afecciones crónicas, como presión arterial alta y diabetes
  • Sucesos estresantes en la vida, como la muerte de un ser querido
  • Exceso de líquido amniótico (polihidramnios)
  • Sangrado vaginal durante el embarazo
  • Presencia de un defecto congénito en el feto
  • Un intervalo de menos de seis meses entre embarazos
  • Infección de los tejidos que sostienen y recubren los dientes (enfermedad periodontal)

Complicaciones

Las complicaciones del parto prematuro comprenden dar a luz a un bebé prematuro. Esto puede presentar una serie de problemas de salud para tu bebé, como bajo peso al nacer, dificultad para respirar, órganos subdesarrollados y problemas de visión. Los niños nacidos prematuramente también tienen un mayor riesgo de padecer dificultad de aprendizaje y problemas de conducta.

Prevención

Quizás no puedas prevenir el trabajo de parto prematuro, pero hay mucho que puedes hacer para favorecer un embarazo saludable y a término. Por ejemplo:

  • Recibe atención médica prenatal de manera regular.Las consultas prenatales pueden ayudar al proveedor de atención médica a supervisar tu salud y la de tu bebé. Menciona cualquier signo o síntoma que te preocupe. Si tienes antecedentes de parto prematuro o presentas signos o síntomas relacionados con este, es probable que debas visitar al proveedor de atención médica con mayor frecuencia durante el embarazo.
  • Sigue una dieta saludable.Algunas investigaciones indican que una dieta con alto contenido de grasas poliinsaturadas está asociada a un menor riesgo de parto prematuro. Las grasas poliinsaturadas se encuentran en nueces, semillas, pescado y aceites de semillas.
  • Evita las sustancias riesgosas.Si fumas, deja de hacerlo. Consúltale al proveedor de atención médica si conoce algún programa para dejar de fumar. Las drogas ilegales también están completamente prohibidas.
  • Considera esperar un tiempo entre cada embarazo.Algunos investigadores sugieren que puede haber una relación entre los embarazos con menos de seis meses de diferencia y un mayor riesgo de tener un parto prematuro. Considera hablar con el proveedor de atención médica sobre esperar un tiempo entre cada embarazo.
  • Ten cuidado cuando uses tecnología de reproducción asistida.Si estás planeando usar tecnología de reproducción asistida para quedar embarazada, ten en cuenta cuántos embriones se implantarán. Los embarazos múltiples corren un mayor riesgo de trabajo de parto prematuro.

Si el proveedor de atención médica determina que corres un mayor riesgo de entrar en trabajo de parto prematuro, podría recomendar que tomes medidas adicionales para reducir este riesgo, por ejemplo:

  • Tomar medicamentos preventivos.Si tienes antecedentes de parto prematuro, el proveedor de atención médica podría sugerirte que te apliques inyecciones semanales de una forma de la hormona progesterona llamada «caproato de hidroxiprogesterona» a partir del segundo trimestre y hasta la semana 37 de embarazo. Además, el proveedor de atención médica podría ofrecerte progesterona, que se inserta en la vagina, como medida preventiva contra el parto prematuro. Si te diagnostican acortamiento del cuello uterino antes de la semana 24 de embarazo, el proveedor de atención médica también podría recomendarte el uso de progesterona hasta la semana 37 de embarazo.
  • Tratar afecciones crónicas.Algunas afecciones, como la diabetes y la presión arterial alta, aumentan el riesgo de entrar en trabajo de parto prematuro. Trabaja con el proveedor de atención médica para mantener bajo control cualquier afección crónica que tengas.

Si tienes antecedentes de trabajo de parto o nacimiento prematuro, corres riesgo de tener otro trabajo de parto prematuro. Trabaja con el proveedor de atención médica para controlar cualquier factor de riesgo y abordar los primeros signos y síntomas de advertencia.

Anomalías congénitas

Anomalías congénitas

Datos y cifras

  • Se calcula que cada año 303.000 recién nacido fallecen durante las primeras cuatro semanas de vida en el mundo debido a anomalías congénitas.
  • Las anomalías congénitas pueden ocasionar discapacidades crónicas con gran impacto en los afectados, sus familias, los sistemas de salud y la sociedad.
  • Los trastornos congénitos graves más frecuentes son las malformaciones cardíacas, los defectos del tubo neural y el síndrome de Down.
  • Las anomalías congénitas pueden tener un origen genético, infeccioso o ambiental, aunque en la mayoría de los casos resulta difícil identificar su causa.
  • Es posible prevenir algunas anomalías congénitas; por ejemplo hay medidas de prevención fundamentales como la vacunación, la ingesta suficiente de ácido fólico y yodo mediante el enriquecimiento de alimentos básicos o el suministro de complementos, así como los cuidados prenatales adecuados.

Las anomalías congénitas son en muchos países causas importantes de mortalidad infantil, enfermedad crónica y discapacidad. En 2010, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución sobre defectos de nacimiento en la que se pidió a todos los Estados Miembros que fomentaran la prevención primaria y la salud de los niños con anomalías congénitas mediante:

  • el desarrollo y fortalecimiento de los sistemas de registro y vigilancia:
  • el desarrollo de conocimientos especializados y la creación de capacidades;
  • el fortalecimiento de la investigación y los estudios sobre la etiología, el diagnóstico y la prevención;
  • el fomento de la cooperación internacional.

Definición

Las anomalías congénitas se denominan también defectos de nacimiento, trastornos congénitos o malformaciones congénitas. Se trata de anomalías estructurales o funcionales, como los trastornos metabólicos, que ocurren durante la vida intrauterina y se detectan durante el embarazo, en el parto o en un momento posterior de la vida.

Causas y factores de riesgo

No es posible asignar una causa específica a cerca de un 50% de las anomalías congénitas. No obstante, se han identificado algunas de sus causas o factores de riesgo.

Factores socioeconómicos y demográficos

Aunque los ingresos bajos pueden ser un determinante indirecto, las anomalías congénitas son más frecuentes en las familias y países de ingresos bajos. Se calcula que aproximadamente un 94% de las anomalías congénitas graves se producen en países de ingresos bajos y medios, en los que las mujeres a menudo carecen de acceso suficiente a alimentos nutritivos y pueden tener mayor exposición a agentes o factores que inducen o aumentan la incidencia de un desarrollo prenatal anormal, en especial el alcohol y las infecciones. La edad materna avanzada también incrementa el riesgo de algunas alteraciones cromosómicas, como el síndrome de Down, mientras que el riesgo de determinadas anomalías congénitas del feto aumenta en las madres jóvenes.

Factores genéticos

La consanguineidad aumenta la prevalencia de anomalías congénitas genéticas raras y multiplica casi por dos el riesgo de muerte neonatal e infantil, discapacidad intelectual y otras anomalías congénitas en los matrimonios entre primos hermanos. Algunas comunidades étnicas, como los judíos asquenazíes o los finlandeses, tienen una mayor prevalencia de mutaciones genéticas raras que condicionan un mayor riesgo de anomalías congénitas.

Infecciones

Las infecciones maternas, como la sífilis o la rubéola, son una causa importante de anomalías congénitas en los países de ingresos bajos y medios.

Estado nutricional de la madre

Las carencias de yodo y folato, el sobrepeso y enfermedades como la diabetes mellitus están relacionadas con algunas anomalías congénitas. Por ejemplo, la carencia de folato aumenta el riesgo de tener niños con defectos del tubo neural. Además, el aporte excesivo de vitamina A puede afectar al desarrollo normal del embrión o del feto.

Factores ambientales

La exposición materna a determinados plaguicidas y otros productos químicos, así como a ciertos medicamentos, al alcohol, el tabaco, los medicamentos psicoactivos y la radiación durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo de que el feto o el neonato sufra anomalías congénitas. El hecho de trabajar en basureros, fundiciones o minas o de vivir cerca de esos lugares también puede ser un factor de riesgo, sobre todo si la madre está expuesta a otros factores ambientales de riesgo o sufre carencias alimenticias.

Prevención

Las medidas de salud pública preventivas ofrecidas en los servicios de atención reducen la frecuencia de algunas anomalías congénitas. La prevención primaria de las anomalías congénitas implica:

  • Mejorar la dieta de las mujeres en edad fecunda, garantizando un aporte suficiente de vitaminas y minerales en la alimentación, en especial de ácido fólico, mediante el suministro diario de complementos por vía oral o el enriquecimiento de alimentos básicos como las harinas de maíz o de trigo;
  • Asegurar que las mujeres eliminan o restringen el consumo de sustancias nocivas, particularmente el alcohol;
  • Controlar la diabetes preconcepcional y gestacional, a través de asesoramiento, control del peso, dieta y administración de la insulina cuando sea necesario;
  • Evitar la exposición ambiental a sustancias peligrosas, como los metales pesados y los plaguicidas, durante el embarazo;
  • Garantizar que durante el embarazo la exposición a los medicamentos y a radiaciones por razones médicas (por ejemplo, para el diagnóstico por la imagen) esté justificada, basándose en un análisis cuidadoso de las ventajas y los riesgos para la salud.
  • Mejorar la cobertura vacunal, en especial contra el virus de la rubéola, en las niñas y las mujeres. La rubéola es prevenible mediante vacunación en la infancia. La vacuna antirrubeólica también puede administrarse al menos 1 mes antes del embarazo a las mujeres no vacunadas que no hayan sufrido esta enfermedad en su infancia.
  • Aumentar y fortalecer la formación del personal sanitario y de otros interesados en el fomento de la prevención de las anomalías congénitas.

Detección

La atención en los períodos preconceptivo (antes de la concepción) y periconceptivo (en las fechas de la concepción) consta de prácticas básicas de salud reproductiva, así como del consejo y las pruebas genéticas. Estas pruebas se pueden realizar durante los tres periodos siguientes:

  • En el periodo preconceptivo, las pruebas pueden servir para identificar a las personas en riesgo de padecer determinados trastornos o de transmitirlos a sus hijos. La estrategia consiste en el uso de los antecedentes familiares y la detección del estado de portador, y es particularmente valiosa en países en los que el matrimonio consanguíneo es frecuente.
  • En el período periconceptivo, los resultados de las pruebas deben utilizarse para determinar la atención más adecuada en función del riesgo asociado a determinadas características maternas, tales como la edad temprana o avanzada o el consumo de alcohol, tabaco u otros medicamentos psicoactivos. La ecografía permite detectar el síndrome de Down durante el primer trimestre y las anomalías fetales graves durante el segundo trimestre. Además, la amniocentesis y otras pruebas pueden ayudar a detectar los defectos del tubo neural y las anomalías cromosómicas durante el primero y el segundo trimestres.
  • En el periodo neonatal se puede realizar una exploración física y pruebas para detectar trastornos hematológicos, metabólicos y hormonales. Las pruebas para detectar la sordera y las malformaciones cardíacas y la detección precoz de las anomalías congénitas pueden facilitar la instauración de tratamientos capaces de salvar la vida y prevenir la evolución hacia discapacidades físicas, intelectuales, visuales o auditivas. En algunos países se somete a los recién nacidos a pruebas sistemáticas de detección de anomalías tiroideas y suprarrenales antes de que abandonen la maternidad.

Tratamiento y atención

Muchas anomalías congénitas estructurales se pueden corregir mediante la cirugía pediátrica, y a los niños con problemas funcionales como la talasemia (un trastorno hematológico hereditario recesivo), la drepanocitosis o el hipotiroidismo congénito (función tiroidea reducida) se les pueden administrar tratamientos precozmente.

Respuesta de la OMS

En 2010, se presentó para su consideración a la Asamblea de la Salud un informe sobre las anomalías congénitas en el que se describen los componentes básicos para la creación de programas nacionales de vigilancia, prevención y atención de dichas anomalías antes y después del nacimiento. Asimismo, se recomiendan prioridades para que la comunidad internacional colabore en la creación y fortalecimiento de esos programas nacionales.

La Estrategia mundial de salud de las mujeres y los niños, presentada en 2010 por las Naciones Unidas en colaboración con líderes gubernamentales y otras organizaciones como la OMS o el UNICEF, ha sido crucial para poner en práctica intervenciones costoeficaces con gran impacto en la mejora de la salud neonatal e infantil.

La OMS también colabora con el Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos de América (CDC) y con otros asociados para implantar en los países una política mundial de enriquecimiento de los alimentos con ácido fólico y proporcionar los conocimientos técnicos necesarios para la vigilancia de los defectos del tubo neural, el seguimiento de las medidas de enriquecimiento de los alimentos con ácido fólico y la mejora de la capacidad de los laboratorios para determinar los riesgos de anomalías congénitas prevenibles con el aporte de folato.

La Organización Internacional de Vigilancia e Investigación de los Defectos de Nacimiento es una organización internacional de voluntarios sin fines de lucro en relaciones oficiales con la OMS que reúne los programas de vigilancia e investigación de todo el mundo sobre las anomalías congénitas, con el fin de investigar y prevenir estas anomalías y reducir el impacto de sus consecuencias.

Los departamentos de la OMS Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas y Nutrición para la Salud y el Desarrollo, en colaboración con la Organización Internacional de Vigilancia e Investigación de los Defectos de Nacimiento y el Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo de los CDC, convocan talleres anuales sobre la vigilancia y la prevención de los defectos congénitos y el parto prematuro. El departamento OMS VIH/SIDA colabora con estos asociados para fortalecer la vigilancia de anomalías congénitas en mujeres que reciben tratamiento antirretrovírico durante el embarazo, lo que forma parte integral de la supervisión y evaluación de programas nacionales para el VIH.

La Alianza GAVI, un asociado de la OMS, presta asistencia a los países en desarrollo para que mejoren el control y la eliminación de la rubéola y del síndrome de rubéola congénita a través de la inmunización.

La OMS elabora instrumentos normativos, como directrices y un plan de acción mundial, para reforzar los servicios de atención médica y rehabilitación con el fin de apoyar la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad. Asimismo, la OMS presta apoyo a los países para que integren los servicios de atención médica y rehabilitación en la atención primaria general; apoya la formulación de programas de rehabilitación en la comunidad, y facilita el fortalecimiento de centros de rehabilitación especializados y sus relaciones con la rehabilitación en la comunidad.

El Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS lleva a cabo diversas actividades y determina las intervenciones necesarias para contrarrestar los factores sociales y ambientales que afectan al desarrollo del niño. Los niños son especialmente sensibles a la contaminación del aire en interiores y en el exterior, el agua contaminada, la falta de saneamiento, los productos químicos tóxicos, los metales pesados, algunos desechos y la radiación. También puede ser determinante la exposición concurrente a factores sociales o relacionados con el trabajo y la nutrición, así como el entorno en que viven los niños (como el hogar y la escuela).

 

 

 

Enfermedades que pueden complicar el embarazo: la anemia

La anemia es una enfermedad por la que el organismo carece de la capacidad de producir la cantidad apropiada de hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno) o el número de glóbulos rojos. Los glóbulos rojos o hematíes son uno de los componentes del sistema sanguíneo y la hemoglobina es uno de sus principales componentes.

Como los glóbulos rojos son los encargados de transportar el oxígeno de una célula a otra, el hecho de poseer una escasa cantidad significa que el organismo deberá trabajar con más intensidad para poder obtener y transportar el oxígeno necesario para los órganos y tejidos.

En las mujeres embarazadas la anemia puede aparecer en distinto grado, especialmente a partir de la semana 20 de gestación.

Muchas mujeres embarazadas tienen algún grado de anemia que no resulta perjudicial. Pero las anemias provocadas por anomalías hereditarias en la hemoglobina pueden complicar el embarazo, por lo cual se realizan análisis de sangre para detectar estas anomalías en las mujeres embarazadas.

La anemia durante el embarazo aumenta el riesgo de enfermedades e incluso de muerte del recién nacido en los casos más graves (afortunadamente, son los menos). El feto depende de la sangre de la madre y la anemia puede ocasionar un crecimiento fetal deficiente, un nacimiento prematuro y un bebé de bajo peso al nacer.

En la madre también aumenta la posibilidad de que aparezcan enfermedades. Además, se ve pálida y el esfuerzo extra que el organismo ha de hacer durante el embarazo puede provocar que la mujer se sienta más cansada, decaída y tal vez irritable.

Veamos cuáles son los tipos de anemias que pueden producirse en el embarazo.

  • Anemia fisiológica del embarazo: Se produce durante el embarazo al aumentar hasta en un 50% el volumen sanguíneo de la mujer. Esto hace que la concentración de glóbulos rojos en su cuerpo se diluya. No se considera anormal o peligrosa excepto en los casos en los que los niveles disminuyen demasiado.
  • Anemia por deficiencia de hierroo anemia ferropénica. Especialmente al final del embarazo el feto se vale de los glóbulos rojos de la madre para su crecimiento. Si la mujer tiene una buen «reserva» en la médula ósea, no habrá problemas. Pero puede que el bebé no vea satisfechas sus necesidades y si no hay suficiente hierro almacenado la madre note esa falta. Por ello incluso antes del embarazo es conveniente llevar una nutrición adecuada con alimentos ricos en hierro y prevenir la anemia por ausencia de este mineral.
  • Anemia por deficiencia de vitamina B12. Esta vitamina es importante para la formación de glóbulos rojos y la síntesis de las proteínas. Como en el caso anterior, una adecuada nutrición que incluya alimentos como leche, carnes, huevos… puede prevenir la deficiencia de vitamina B12. Las mujeres vegetarianas (al no ingerir alimentos de procedencia animal) tienen más posibilidades de padecer deficiencias de esta vitamina, y necesitar suplementos durante el embarazo.
  • Anemia por deficiencia de ácido fólico. El folato es una vitamina B que funciona con el hierro para la formación de los glóbulos. La deficiencia del folato durante el embarazo generalmente está asociada a la deficiencia de hierro. Además recuerda que el ácido fólico reduce el riesgo de dar a luz un bebé con determinados defectos congénitos. Por ello se recomienda un suplemento de ácido fólico antes de quedar embarazada y durante la gestación, así como consumir alimentos ricos en esta vitamina.

Las dos anemias anteriores reciben el nombre genérico de anemia megaloblástica, resultado de la carencia de vitamina B12, de ácido fólico o de una combinación de ambos elementos.

  • Un caso especial es el de las mujeres con anemia falciforme, una enfermedad de la sangre que se hereda y produce anemia crónica y frecuentes dolores. La anemia falciformeno surge durante el embarazo sino que la mujer ya la tiene, es producto de una anomalía genética. Hoy en día, las mujeres con esta anemia que quedan embarazadas tienen un embarazo de alto riesgo pero afortunadamente con los controles médicos existen muchas posibilidades de llevar el embarazo a buen término.

Como vemos, en muchos casos la anemia depende de a falta de nutrientes esenciales, por lo que la mujer embarazada ha de saber que es importante llevar una nutrición adecuada y equilibrada antes y durante el embarazo.

No obstante, por precaución y sobre todo por asegurar la presencia de ácido fólico se suelen recomendar suplementos vitamínicos que favorecen que la anemia se mantenga a raya y que el feto crezca saludable.

ABORTO POR CAUSA IDENTIFICABLE:TROMBOFILIA

Tras la pérdida de un embarazo, sobre todo durante el primer trimestre, no se suele estudiar en profundidad la causa porque es una situación bastante común que no presenta ninguna predisposición para conseguir un futuro embarazo y tener un hijo sano.

Si se producen más de dos o tres pérdidas consecutivas, ya se trataría de un aborto recurrente o aborto de repetición y en este caso sí es fundamental estudiar la causa.

Los especialistas sospechan que muchos de los abortos podrían estar relacionados con una alteración trombofílica.

A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.

1.   Composición de la sangre durante el embarazo

2.   Pruebas para detectar trombofilias

3.    Tratamiento durante el embarazo

 

Composición de la sangre durante el embarazo

 

La gestación es un factor de riesgo para que se produzcan trombosis y alteraciones en el sistema circulatorio. Se producen cambios en la composición sanguínea, produciéndose:

  • Aumento de los factores de coagulación FI, FVII, FVIII, FIX y FX­.
  • Incremento de la resistencia de la proteína C activada.
  • Disminución de la proteína S.
  • Otras alteraciones procoagulantes.

Todas estas variaciones desencadenan la producción de trombina, la cual podría explicar las pérdidas tempranas a través de la liberación de citoquinas, que desencadenan una respuesta inflamatoria en los vasos de la embarazada. En ocasiones incluso pueden hacer que no se consiga la implantación del embrión en el endometrio y por tanto, no se produzca el embarazo.

 

En los abortos a partir de la semana 10 de gestación, el aumento de trombina provocaría una trombosis en los vasos de la placenta, produciendo insuficiencia placentaria o complicaciones vasculares generando la falta de irrigación en la placenta, desencadenando en la detención del desarrollo fetal.

 

Pruebas para detectar trombofilias

 

Para comprobar los niveles de coagulación de la sangre basta con realizar un análisis de sangre, lo que ocurre que muchos de los factores no pueden observarse, por lo que ante sospechas de aborto de repetición por trombofilias se aconseja realizar un test específico de trombofilias, que aunque tiene un mayor coste aportan mucha más información.

En estos test se analizan:

  • Anticuerpos estándar.
  • Anticuerpos anti-proteína Z.
  • Anticuerpos anti-anexina V.
  • Factor V Leiden.
  • Factor VIII.
  • Factor XIII.
  • Genotipo ABO
  • Homocisteína.
  • Polimorfismo del factor XII (46 C/T).

Continuamente se van describiendo nuevos factores y polimorfismos genéticos que pueden alterar la coagulación sanguínea, por lo que los distintos test que hay en el mercado van actualizándose constantemente.

 

Tratamiento durante el embarazo

 

Para conseguir que un embarazo llegue a término cuando existe un factor trombofílico es importante la colaboración del ginecólogo con el hematólogo, puesto que ambos especialistas deberán trabajar para que durante el embarazo llegue suficiente riego sanguíneo al futuro bebé.

 

La mayoría de estas mujeres recurren a la reproducción asistida por no conseguir el embarazo, y aunque empleen óvulos de donante no logran el embarazo o se detiene el desarrollo embrionario.

Para que una mujer con alteraciones en la coagulación de la sangre consiga el embarazo tras repetidos fallos de fecundación in vitro, embarazos bioquímicos o abortos tempranos es necesario que en función   de su alteración, se paute una medicación durante la estimulación ovárica. La medicación suele ser aspirina, heparina o una combinación de ambas durante la estimulación ovárica. Así un alto porcentaje consigue que el embarazo llegue a término.

En ocasiones, a pesar de que se ha administrado la medicación, la mujer sigue teniendo pérdidas gestacionales, se considera que es incapaz de gestar. La gestación subrogada puede ser una buena solución para que puedan formar su familia.

Los 3 tipos de aborto: espontáneo, inducido y terapéutico

El aborto es la interrupción de un embarazo antes de que el feto pueda vivir fuera del útero.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud recomienda que el aborto sea legal en todo el mundo, en la actualidad la mayoría de países no reconocen este derecho a las mujeres embarazadas, o en todo caso lo hacen sólo bajo determinados supuestos, como los riesgos graves para la salud de la madre o los casos de violación. Esto aumenta notablemente el riesgo de mortalidad debido a procedimientos médicos poco seguros.

A continuación vamos a explicar de forma detallada qué es el aborto y cuáles son las características de los dos tipos principales, el aborto espontáneo o natural y el inducido, así como los subtipos en los que se divide cada uno de ellos (incluyendo el aborto terapéutico, una clase de aborto inducido especialmente relevante).

¿Qué es el aborto?

El término “aborto” hace referencia a la finalización prematura de un embarazo debida a la muerte o a la extracción del feto en gestación. Puede tener lugar de forma espontánea o bien por la acción de la persona embarazada o de otra; en estos casos hablamos de “aborto inducido”, y puede deberse tanto a factores médicos (como que la vida de la madre esté en peligro) o a una decisión.

El aborto voluntario ha supuesto, y sigue suponiendo, un tema controvertido desde un punto de vista ético. En este sentido hay un debate muy activo en torno a si se puede considerar al feto un ser humano completo durante el periodo de gestación, o a la de si su vida es más prioritaria que la de la madre; las religiones, por ejemplo, tienden a considerar que interrumpir un embarazo es inmoral bajo la mayoría de circunstancias.

Aspectos legales y sanitarios

Desde el punto de vista legal, el aborto tiene un estatus muy diferente en función del país. En España se aprobó una ley en 2010 que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo, pero sólo durante las 14 primeras semanas de embarazo. En México la ley permite el aborto en ciertas circunstancias, pero no se admiten como justificación los problemas económicos ni es sencillo acceder a este tipo de servicio médico.

Sin embargo, los abortos se practican en todo el mundo independientemente de si están permitidos por la ley o no. En este sentido es fundamental tener en cuenta que en los países donde el aborto no es legal la mortalidad es mucho más elevada que en aquellos donde sí lo es; de hecho, en estos casos el aborto es uno de los procedimientos médicos más seguros que existen.

De hecho, casi la mitad de abortos inducidos que se ejecutan en todo el mundo tienen lugar en circunstancias muy poco seguras; en muchos casos las muertes se deben a que el aborto es practicado por personal médico no cualificado, al uso de equipamiento inadecuado o a la falta de salubridad del procedimiento. La Organización Mundial de la Salud afirma que el aborto debería ser un derecho universal para prevenir este tipo de muertes.

Tipos de aborto espontáneo (o natural)

Hablamos de aborto espontáneo cuando el embarazo se interrumpe de forma no intencionada; esto permite diferenciarlo del otro tipo clave de aborto, el inducido. La causa más común del aborto natural es la muerte del feto por defectos genéticos como las trisomías (un cromosoma presenta tres copias en lugar de las dos habituales), y suele tener lugar durante las primeras semanas de embarazo.

Dado que el bebé en formación sólo puede mantenerse vivo fuera del útero a partir de la semana 20 de gestación, aproximadamente, hablamos de aborto espontáneo en los casos en que éste muere y es expulsado antes de este momento. En cambio, si se produjera un “aborto natural” después del quinto mes lo que tendría lugar sería un nacimiento prematuro o en todo caso una muerte fetal.

El aborto espontáneo se puede dividir en tres tipos principales en función de si el cuerpo de la madre elimina todos los productos de la gestación o de si lo hace de forma parcial. En este sentido distinguimos entre el aborto espontáneo retenido (que son aquellos en que no se expulsa nada), el incompleto (se elimina sólo una parte) y el completo.

Asimismo, hablamos de aborto espontáneo temprano si éste se produce antes de la doceava semana de gestación y de aborto espontáneo tardío cuando tiene lugar entre las semanas 12 y 20.

¿Cuáles son los tipos de aborto inducido?

Es frecuente oír hablar del aborto inducido como “interrupción voluntaria del embarazo”, que se abrevia en las siglas IVE. Como hemos dicho previamente, este tipo de aborto está regulado de formas muy diferentes en función del país al que nos refiramos -lo cual se asocia a las múltiples concepciones, éticas o de otra clase, que existen en torno a este procedimiento.

Podemos clasificar el aborto inducido en tres tipos según el procedimiento específico que se emplee para provocar la terminación del embarazo. En este sentido hay que diferenciar entre el aborto quirúrgico y el médico (o con medicamentos).

Entre los métodos quirúrgicos que se emplean para provocar abortos inducidos encontramos la aspiración manual con una jeringa o el legrado, una técnica que consiste en dilatar el útero y raspar sus paredes para eliminar parte del revestimiento y con él al embrión.

En cuanto al aborto médico, que es todo procedimiento inducido que se base en el uso de medicamentos, combinar pastillas es el protocolo de referencia en la actualidad. Un dato curioso es que, a pesar de su seguridad, el aborto con medicamentos es muy poco habitual en algunos países, como en España, donde apenas supone un 4% del total de abortos inducidos.

Definición del aborto terapéutico o indirecto

El aborto terapéutico, que también es llamado indirecto, puede ser considerado un tipo de aborto inducido; en concreto, usamos este concepto en los casos en que se provoca un aborto inducido por motivos exclusivamente médicos. De esto se deduce que los dos términos no son sinónimos sino que “aborto inducido” subsume a “aborto terapéutico”.

Por lo general se practican abortos terapéuticos con el objetivo de prevenir un deterioro en el estado de salud de la mujer embarazada o incluso su fallecimiento. En muchos países los riesgos médicos graves para la madre son uno de los pocos supuestos que la ley recoge como justificaciones para el aborto inducido.

Disminución de plaquetas durante el embarazo

La disminución de plaquetas durante el embarazo, también conocida como Trombocitopenia Gestacional, es una alteración en la sangre que puede afectar hasta al 15% de las embarazadas. En ella el recuento plaquetario disminuye por debajo de los 100.000/mm3. Es importante su diagnóstico precoz, para tratar a la madre cuanto antes, con el objetivo de disminuir los efectos en el feto. 

 

¿Por qué bajan las plaquetas en el embarazo?

La bajada de plaquetas o trombocitopenia puede afectar hasta un 15% de todos los embarazos, siendo la segunda causa de alteración hematológica en este grupo de población, superada solo por la anemia. Hablamos de trombocitopenia cuando el recuento plaquetario disminuye por debajo de los 100.000/mm3.

 

Origen de la disminución de plaquetas o Trombocitopenia

Este fenómeno puede estar relacionado con condiciones preexistentes presentes en las mujeres en edad fértil, como son la trombocitopenia inmune primaria (TIP) y el Lupus eritematoso sistémico (LES). También en alteraciones propias del embarazo, como son la Trombocitopenia Gestacional o el Síndrome de HELLP, que es un trastorno propio del tercer trimestre del embarazo, relacionado muchas veces con procesos de gestosis o hipertensión durante la gestación. Este síndrome se origina por una alteración de la microvasculatura de la paciente que produce, entre otras cosas, una destrucción acelerada de circularidad sanguínea, cursando con un incremento desmesurado de transaminasas, anemia de tipo hemolítico con presencia de hematíes rotos en el estudio del frotis sanguíneo llamados esquistocitos. Es un Síndrome que representa una urgencia hematológica, dadas las complicaciones clínicas que puede ocasionar tanto a la madre como al feto.

Tal como se ha mencionado, hasta un 15% de los embarazos pueden cursar con disminución de los recuentos plaquetarios. Esto, de forma fisiológica, es más evidente durante el tercer trimestre del mismo, debido a un mecanismo dilucional sumado a una destrucción acelerada de plaquetas al pasar por la superficie dañada de la placenta. En caso de gestaciones múltiples, el recuento descendido de plaquetas puede asociarse a un incremento de la producción de trombina, que ocasionaría un consumo acelerado de las mismas. Esto es lo que se denomina Trombocitopenia Gestacional.

 

Incidencia de la Trombocitopenia Gestacional y diagnóstico

La Trombocitopenia Gestacional se considera un trastorno benigno, que ocurre de forma incidental en el 5% de todos los embarazos, siendo la causa de hasta el 80% de las trombocitopenias que pueden cursar durante la gestación. Se diagnostica porque el recuento plaquetario en las analíticas de sangre, concretamente el hemograma, oscila entre los 70.000- 110.000/mm3 en casi el 90% de las mismas.

Es imprescindible, como en cualquier proceso hematológico, realizar una correcta y estructurada historia clínica a la paciente, haciendo especial hincapié en antecedentes familiares y personales de trombocitopenia, así como de gestaciones previas con trombocitopenias a lo largo del desarrollo del mismo. La exploración física en busca de lesiones hemorrágicas en forma de hematomas o petequias es crucial para el abordaje diagnóstico, al igual que el hallazgo de visceromegalias o aumento de tamaño del hígado o bazo, que puede orientar hacia un problema hemolítico subyacente, sobre todo en el tercer trimestre de gestación.

Desde el punto de vista analítico, tanto el obstetra-ginecólogo como el hematólogo solicitarán los estudios bioquímicos o serológicos apropiados, así como el análisis del frotis sanguíneo por parte de este último en busca de alteraciones morfológicas en las series hematológicas que puedan orientar hacia un diagnóstico u otro.

Hay que tener en cuenta que el diagnóstico de Trombocitopenia Gestacional se realiza por descarte del resto de procesos etiopatológicos que puedan producir disminución de plaquetas durante el embarazo.

 

Tratamiento de la Trombocitopenia Gestacional y pronóstico

No hay una indicación terapéutica específica para las gestantes con Trombocitopenia Gestacional. No obstante, debe hacerse un seguimiento periódico de las mujeres embarazadas por parte tanto del ginecólogo como del experto que dependerá de la cifra de plaquetas que presente la paciente. Se recomienda parto transvaginal natural, si otras alteraciones obstétricas no lo contraindican. La anestesia epidural puede administrarse de forma segura con recuentos plaquetarios superiores a 70.000/mm3, aunque todo dependerá de la valoración del anestesista.

Tras el embarazo ha de realizarse un seguimiento estrecho de los recuentos plaquetarios para verificar si ha habido una resolución espontánea tras el parto. Sin embargo, existe un pequeño grupo de puérperas en quienes puede persistir la Trombocitopenia y desarrollar una trombocitopenia inmune (TIP).

De igual modo se ha observado que la trombocitopenia en siguientes gestaciones puede llegar hasta un 20% de los embarazos. Aunque el riesgo de trombocitopenia neonatal se considera insignificante, se recomienda realizar seguimiento de todos los neonatos nacidos de madres con trombocitopenia por parte de su pediatra o neonatólogo.

 

La placenta y sus problemas durante el embarazo

La placenta y sus problemas durante el embarazo

Qué es la placenta previa y el desprendimiento de placenta

 

La placenta es el órgano más importante durante el embarazo en el primer trimestre. Su objetivo es suministrar al bebé alimento y oxígeno. Le proporciona seguridad y hace de barrera para evitar que lleguen algunas sustancias nocivas hasta el feto. También es un lugar idóneo para que éste pueda deshacerse de todo lo que no le sirve. En definitiva, un perfecto nexo de unión entre madre e hijo. Pero, ¿qué pasa cuando la placenta presenta algún problema?

La placenta previa en el embarazo

Uno de los problemas que pueden surgir  durante el embarazo es la llamada placenta previa. Esto se produce cuando la placenta crece en la parte más baja del útero y tapa la abertura del cuello uterino de forma parcial o total (el cuello uterino es el lugar por donde tiene que salir el bebé durante el parto.

El útero durante el embarazo, a medida que va creciendo el bebé. Al principio la placenta suele estar en la parte baja del útero, pero a medida que éste se estira, la placenta se va desplazando hacia la parte superior del útero. De esta forma queda despejado el canal de parto. El problema llega cuando la placenta no sigue su rumbo natural y se queda en la zona inferior. En este caso se dan tres tipos de placenta previa, que se detectan mediante una:

 

– Marginal: la placenta no tapa el canal de parto. Está a un lado del cuello uterino

– Parcial: la placenta tapa parte del cuello uterino

– Total: la placenta cubre la totalidad del cuello del útero

El principal síntoma suele ser un sangrado vaginal repentino, que se da al final del segundo trimestre de embarazo o al principio del tercer trimestre. Puede detenerse y comenzar de nuevo al cabo de unos días o semanas. En la mayoría de los casos, tras estos síntomas puede desencadenarse un bebe prematuro y mediante cesárea.

No es un problema común. La placenta previa se da en una de cada 200 embarazadas. Tienen más riesgo las mujeres que presentan un útero con alguna anomalía en su forma, en embarazos múltiples o mujeres que ya han tenido muchos embarazos antes. El tabaco y la edad avanzada  de la embarazada también pueden contribuir a que se produzca placenta previa.

Desprendimiento prematuro de la placenta durante el embarazo

Uno de los mayores riesgos que pueden darse durante el embarazo es el desprendimiento prematuro de la  placenta. Es una situación muy grave para madre y bebé, pero se da en muy pocas ocasiones (la más grave, en uno de cada 1600 embarazos). Se produce cuando la placenta se separa del útero antes del parto.

Se puede producir por un golpe en la zona baja del abdomen (una caída, un accidente de tráfico…) o por un cambio repentino en el volumen del útero, por ejemplo, por una pérdida del líquido amniótico en el embarazo.

Existen algunos factores de riego que pueden desencadenar el desprendimiento repentino de la placenta, como el tabaco, las drogas, el alcohol, «Los riesgos de la hipertensión durante el embarazo», la diabetes o la edad avanzada de la madre.

Entre los síntomas, un fuerte dolor abdominal, contracciones uterinas y sangrado vaginal.

Problemas de la placenta después de la semana 42

La placenta es un órgano que va envejeciendo según avanza el embarazo. Tiene un ciclo de vida que finaliza con el parto, es decir, de no más de 42 semanas. Cuando la placenta madura más rápido de lo normal, se habla de placenta post madura. En el momento en el que este órgano no cumple sus funciones y deja de proporcionar el alimento y oxígeno adecuados al bebé y se da una insuficiencia placentaria, alguna enfermedad renal o algún problema vascular de la madre.

Cáncer en el embarazo

 

Cáncer en el embarazo

 

A pesar de que no es muy común estar embarazada y tener cáncer, esta situación puede suceder. Los cánceres más frecuentes en mujeres embarazadas son el de mama, el cervical, el melanoma maligno y linfoma.

Otro tipo de cáncer que las mujeres embarazadas pueden presentar se le denomina  enfermedad trofoblastica. Esto sucede cuando la unión de un óvulo y un esperma no se desarrollan en un feto.

¿Cómo se ocasiona el cáncer en el embarazo?

Las causas del cáncer  en el embarazo dependen del tipo de cáncer que se trate. Si es que la embarazada presenta cáncer de mama es muy probable que se origine por factores genéticos. Si tiene cáncer cervical se puede ocasionar por la infección con el virus del papiloma humano. Si se trata del cáncer del melanoma es por una alta exposición solar. Si la mujer embarazada presenta cáncer linfoma se puede dar por un trastorno inmunológico heredado o el VIH. El cáncer rara vez afecta directamente al feto. Sin embargo, algunos cánceres se pueden propagar desde la madre hasta la placenta (el órgano que conecta a la madre con el feto) como es el caso del cáncer del melanoma.

 

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas también se manifiestan de acuerdo al tipo de cáncer. Para el cáncer de mamá es probable que se presente un pequeño bulto en los senos. El cáncer cervical podrá ser detectado por observar un sangrado vaginal anormal o una secreción vaginal inusual. El cáncer del melanoma se puede manifestar con un lunar nuevo, negro, o anormal. El cáncer linfoma se puede manifestar como ganglios linfáticos de mayor tamaño, que pueden palparse cuando aparecen en zonas como el cuello, las axilas o la ingle.

 

Tratamiento

Mayormente en las mujeres embarazadas es muy común que se evite la quimioterapia durante el primer trimestre, para así evitar la mal formación de órganos en el feto. Luego, de esta etapa pueden recibirla. La cirugía también es otra opción, esto depende del estado de la madre y el feto.

 

¿Cómo se previene el cáncer en el embarazo?

A medida que las mujeres envejecen, sus probabilidades de desarrollar cáncer aumentan. Además, una medida de prevención son los constantes chequeos clínicos para detectar la enfermedad en una etapa inicial y también llevar una vida saludable que incluyan ejercicios y una buena alimentación.

 

 

Diabetes-gestacional- embarazo

Diabetes gestacional y embarazo

La diabetes gestacional es un tipo de diabetes que aparece por primera vez durante el embarazo en mujeres embarazadas que nunca antes padecieron esta enfermedad. En algunas mujeres, la diabetes gestacional puede afectarles en más de un embarazo. La diabetes gestacional por lo general aparece a la mitad del embarazo. Suele realizarse estudios entre las 24 y 28 semanas del embarazo.

La diabetes gestacional se puede controlar a menudo con una alimentación saludable y ejercicio regular, pero algunas veces la madre también necesitará insulina.

Problemas de la diabetes gestacional en el embarazo

El azúcar de la sangre que no está bien controlado en la diabetes gestacional puede llevar a problemas en la madre y su bebé:

Un bebé demasiado grande

La diabetes que no se controla bien causa un aumento en el azúcar de la sangre del bebé. El bebé está “sobrealimentado” y crece demasiado. Además de causar incomodidades a la madre en los últimos meses del embarazo, un bebé extra grande puede originar problemas durante el parto tanto para ella como para él. Puede que la madre necesite una cesárea  para poder dar a luz. El bebé puede nacer con daño en los nervios debido a la presión en los hombros durante el parto.

Cesárea

La cesárea es una operación para sacar al bebé a través del vientre de la madre. Una mujer con diabetes mal controlada tiene una probabilidad más alta de requerir una cesárea. Cuando el bebé nace por cesárea, a la madre le toma más tiempo recuperarse del parto.

Presión arterial alta (preeclampsia)

Cuando una mujer embarazada presenta presión arterial alta, proteína en la orina y una inflamación frecuente en los dedos de las manos y los pies que no se alivia, puede ser que tenga preeclampsia. Este es un problema grave que amerita ser vigilado muy de cerca por el médico. La presión arterial alta puede causar daños tanto a la madre como a su bebé en gestación. Puede provocar un nacimiento prematuro del bebé y también convulsiones o accidentes cerebrovasculares (un coágulo sanguíneo o sangrado en el cerebro con posible daño cerebral) en la mujer durante el trabajo de parto y el alumbramiento. Las mujeres con diabetes tienen presión arterial alta con más frecuencia que las mujeres que no la tienen.

Bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia)

Las personas con diabetes que toman insulina u otros medicamentos para la diabetes puede que sufran una baja en su nivel de azúcar en la sangre. El bajo nivel de azúcar en la sangre puede ser grave y hasta mortal si no se atiende rápidamente. Las mujeres pueden evitar una disminución peligrosa de su azúcar en la sangre si vigilan cuidadosamente sus niveles y se tratan en forma oportuna.

Si la madre no se ha controlado su diabetes durante el embarazo, puede que los niveles de azúcar en la sangre del bebé disminuyan rápidamente después de que nace. Los niveles de azúcar del bebé se deberán mantener bajo observación durante varias horas después de su nacimiento.

5 consejos para las mujeres con diabetes gestacional

  1. Coma alimentos saludables

Coma alimentos saludables incluidos en un plan de comidas para personas con diabetes. Un nutricionista puede ayudarle a crear un plan de comidas saludable y enseñarle a controlar su azúcar en la sangre durante el embarazo.

  1. Haga ejercicio con regularidad

El ejercicio es otra manera de controlar el azúcar en la sangre, ya que ayuda a nivelar el consumo de alimentos., puede realizar ejercicio de manera regular durante y después del embarazo. Procure hacer un mínimo de 30 minutos de actividad física, de moderada a intensa, al menos cinco días a la semana. Esto puede ser caminar a paso rápido, nadar o jugar activamente con los niños.

  1. Controlar con frecuencia el azúcar en la sangre

Dado que el embarazo produce cambios en las necesidades de energía del cuerpo, los niveles de azúcar en la sangre pueden cambiar muy rápido. Revise su azúcar en la sangre a menudo, como se lo indique su médico.

  1. Tome insulina, si la necesita

Algunas veces las mujeres con diabetes gestacional necesitan tomar insulina. Si su médico le prescribe insulina, utilícela como se lo indica para controlar su azúcar en la sangre.

  1. Hágase un examen de diabetes después del embarazo

Hágase un examen de diabetes entre las 6 y 12 semanas después de que nazca su bebé y luego cada 1 a 3 años.

En la mayoría de las mujeres con diabetes gestacional, la diabetes desaparece después del parto. Cuando esta no desaparece, entonces se le llama diabetes tipo 2. Aun cuando la diabetes desaparezca después de que nace el bebé, la mitad de las mujeres que han tenido diabetes gestacional padecerán diabetes tipo 2.

Es importante que una mujer que haya tenido diabetes gestacional continúe haciendo ejercicio y manteniendo una alimentación saludable después del embarazo para prevenir o retrasar la diabetes tipo 2. También debe revisar su azúcar en la sangre cada 1 a 3 años.

SARAMPION EN EL EMBARAZO

Si estás embarazada, cuídate del sarampión

No se recomienda aplicarse la vacuna contra esta enfermedad porque presenta un riesgo para el feto

Si estás embarazada o sospechas que podría estarlo, y tienes miedo de contagiarse con el sarampión, no te pongas la vacuna, porque en tu caso podría ser peor el remedio que la enfermedad.

Éste es el principal consejo de expertos en el tema, quienes advierten que las vacunas que contienen bacterias vivas o atenuadas (debilitadas), como la del sarampión, presentan un riesgo para el feto. Por esta razón, están contraindicadas durante el embarazo.

“No se recomienda la vacuna  porque está compuesta del virus vivo, que puede cruzar la placenta y llegar al bebé. Las únicas vacunas que se pueden poner durante el embarazo son aquellas que son hechas con virus muertos”,

Si la mujer se enferma con el virus durante el embarazo, por lo general el bebé no se ve afectado y no desarrollará problemas congénitos. Sin embargo, sí existe un gran riesgo de infección durante el parto y de complicaciones como neumonía en el niño recién nacido.

“Aunque la mayoría de la gente está inmunizada, muchas veces esa inmunidad desaparece, y la mujer embarazada puede contraer el virus”, a toda mujer que esté planeando quedar embarazada, que se haga una prueba de sangre para saber si está inmune. Si no posee la inmunidad, debe colocarse la vacuna antes de quedar en  embarazo.

“A veces el embarazo hace decaer el sistema inmunológico y el virus puede afectar a la mujer de forma más fuerte que a la gente en general. Pueden desarrollar neumonía, lo que aumenta los riesgos de mortalidad para ellas.

“También pueden presentar una infección en el oído, llamada otitis media, y una entre mil puede desarrollar una infección en el cerebro que se llama encefalitis, que puede ser mortal”.

Otras complicaciones del sarampión en las mujeres embarazadas, son deshidratación y fiebre alta.

Deben tener mucho cuidado para no infectarse con el sarampión. Deben mantenerse alejada y evitar contacto directo con personas que tengan fiebre, que tengan erupciones cutáneas o cualquier otra señal de infección. También deben tener precauciones con medidas higiénicas como lavarse las manos frecuentemente.

Algunos expertos recomiendan que las mujeres eviten quedar embarazadas durante cuatro semanas después de recibir la vacuna contra el sarampión. Aparte de la del sarampión, otras vacunas que las embarazadas deben evitar son la de las paperas y rubéola (MMR).

Por el contrario, las vacunas que contienen virus inactivos (o muertos), como la vacuna de la gripa o influenza (flu), generalmente se consideran seguras durante el embarazo.